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España y Francia suman fuerzas para intentar prohibir fumar en espacios al aire libre

España y Francia suman fuerzas para intentar prohibir fumar en espacios al aire libre

  19·jun·2025

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Fuente: EFE Euractiv

«Cuando se aplicó por primera vez la prohibición de fumar en los bares, hubo resistencia y se consideró radical. Hoy están ampliamente aceptadas», explica a Euractiv Lilia Olefir, de la ONG Smoke Free Partnership.

España y Francia han pasado a la ofensiva para intentar que se prohíba en la Unión Europea (UE) fumar (también) en espacios al aire libre, un hábito nocivo muy arraigado especialmente entre los jóvenes.

A finales de mayo, la ministra francesa de Sanidad, Catherine Vautrin, anunció que el gobierno prohibirá fumar a partir del 1 de julio en playas, jardines públicos, paradas de autobús y cerca de los colegios, para proteger a los niños.

"Donde hay niños, el tabaco debe desaparecer", declaró Vautrin en una entrevista al diario Ouest France.

Y con razón: Aunque menos del 25% de los franceses adultos fuman a diario, el consumo está aumentando entre los jóvenes, y aproximadamente 75.000 muertes al año se atribuyen a enfermedades relacionadas con el tabaco.

España ha ido aún más lejos.

Un proyecto de ley filtrado a la prensa revela que Madrid seguirá adelante con la prohibición de fumar al aire libre en terrazas y otros espacios públicos, no sólo cigarrillos, sino también vaporizadores y productos de tabaco calentado.

La ministra de Sanidad, Mónica García, expresó su confianza en que la prohibición, junto con otros planes para aumentar los impuestos a los productos derivados del tabaco, sitúe al país en "la vanguardia de la lucha contra el tabaquismo."

Un largo camino por recorrer

Según recientes sondeos de opinión, seis de cada diez franceses están a favor de la prohibición de fumar en lugares públicos, y en España se obtienen cifras similares a favor de la propuesta de prohibir fumar al aire libre.

 

La Comisión Europea propuso en 2024 ampliar la prohibición de fumar, y se prevé que más países -entre ellos Italia y Bélgica- aprueben este año normas estrictas sobre el consumo de tabaco al aire libre. Sin embargo, Europa aún está lejos de ser un "espacio público al aire libre sin tabaco".

La resistencia procede de muchos frentes: la industria, los políticos de extrema derecha y los fumadores con hábitos difíciles de abandonar.

 

Tanto España como Francia cuentan con importantes infraestructuras dedicadas a fumar que podrían ser difíciles de eliminar de la noche a la mañana, entre ellos ceniceros cerca de los bancos, fuera de los lugares de trabajo y alrededor de parques y playas.

En ese sentido, García admitió que el proyecto de ley se enfrenta a muchos obstáculos, entre ellos un complicado proceso parlamentario.

 

"Espero que no cedamos ante los lobbies que están ejerciendo una presión importante, como han hecho siempre. Y el lobby del tabaco está haciendo su trabajo", comentó García en una reciente entrevista a El País. 

¿Funcionan las prohibiciones?

No le falta razón. 

 

Tobacco Europe, un grupo de presión con sede en Bruselas, se opone a las prohibiciones generales con el argumento de que podrían acabar estigmatizando a los fumadores y tener un "impacto negativo en la vida económica y social de una comunidad"

El mayor grupo tabaquero alemán, BVTE, comparte ese razonamiento. "Se trata de tratar con condescendencia a los fumadores y expulsarlos de los espacios públicos", asegura un portavoz.

"El gobierno francés ni siquiera ha investigado si realmente existe un riesgo para la salud de los no fumadores en las zonas al aire libre afectadas", agrega.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "no hay niveles seguros" de exposición al humo ajeno.
Prohibir fumar al aire libre podría contribuir a reducir el número de muertes evitables relacionadas con el consumo de tabaco, así como la carga que soportan los sistemas sanitarios. Los estudios relacionan el humo ajeno con el cáncer de pulmón y las cardiopatías en los no fumadores.

 

Para Lilia Olefir, directora de la organización antitabaco Smoke Free Partnership, las prohibiciones no sólo tienen que ver con los riesgos para la salud de la exposición al humo ajeno, sino también con hacer que fumar sea menos atractivo.

"Cuando se aplicó por primera vez la prohibición de fumar en los bares, hubo resistencia y se consideró radical. Hoy están ampliamente aceptadas", explica Olefir a Euractiv.

Más que prohibiciones

Para l'Alliance contre le tabac (ACT), el único grupo antitabaco importante de Francia, la prohibición de fumar al aire libre es un paso "importante" para lograr una generación sin tabaco en 2032.
Un portavoz de ACT advierte que son necesarios más esfuerzos para luchar contra la "emergencia de salud pública y medioambiental provocada por la industria tabaquera."
La ONG apunta a la legislación británica sobre el tabaco como "modelo" para Francia, que ha impulsado medidas aún más duras, entre ellas la prohibición de vender tabaco a los jóvenes nacidos después de 2009.

 

Olefir comparte esa opinión: "centrarse únicamente en el comportamiento individual y dejar sin control las prácticas de la industria es insuficiente. Para contrarrestar la epidemia de tabaquismo, los países deben actuar en varios frentes", explica.

Ello podría incluir la prohibición de la publicidad del tabaco, la implantación de un empaquetado sencillo de color marrón o la introducción de impuestos especiales más elevados.
En la propuesta del Gobierno francés se echa en falta una explicación de por qué los jóvenes se han aficionado más al tabaco y al vapeo, o cualquier intento de atajar las causas profundas, como el estrés o la pobreza. España, por su parte, incluye en su proyecto de Real Decreto un plan para aumentar los recursos disponibles para quienes quieran dejar de fumar.

Bruselas no está de acuerdo

A medida que las prohibiciones afectan también a los espacios al aire libre, aumenta la presión para que Bruselas revise más a fondo su legislación e impulse nuevas leyes fiscales que incluyan los nuevos productos del tabaco.
La cuestión es si la UE debe regular los vaporizadores y otros productos de nicotina del mismo modo que los cigarrillos tradicionales, incluso para fumar al aire libre.
Pero será políticamente difícil, ya que la Comisión ha eliminado la legislación sobre el tabaco de su programa de trabajo para 2025.

 

Aunque el Parlamento Europeo presentó en noviembre de 2024 una resolución no vinculante -más que nada simbólica- sobre los entornos sin humo, que los eurodiputados esperaban se aprobara sin demasiados contratiempos, los legisladores no consiguieron ponerse de acuerdo.